Su Amor, el comienzo de una historia de moda.
Les cuento que este espacio donde estoy compartiendo mis reflexiones, nació en un principio como un Blog dentro de mi página web de ropa, donde pudiera compartir artículos sobre moda y tendencias. Tanto escritos por mi y/o información interesante que leyera en otros medios y pudiera compartir dicho contenido.
Nunca antes había escrito ni había sentido el interés de hacerlo. De hecho, aún estoy esperando la musa para escribir sobre moda, ropa y tendencias.
Pensé que iba a fluir rápidamente, pues si hay algo que me apasiona es la moda. Ver que se está usando, como combinarlo: Teniendo siempre mis preferencias por algunas cosas.
Por ejemplo, soy fan número uno de las camisas blancas; las tengo y siempre quiero una más en todas las formas.
Los zapatos me hacen suspirar, antes solía elegir los zapatos y toda mi ropa giraba en combinación con ellos.
Los accesorios, disfruto verlos en otra persona y como lo combinan; pero en ellos soy más simple y uso los mismos durante un tiempo hasta que me canso.
En fin, ¡me gusta todo! Es tanto así, que Jancy, mi esposo, me relaja que lo mío, es una enfermedad, ¡que debo medicarme!
Pues no sé ustedes, pero yo podría pasarme horas en Internet viendo ropa (aunque no necesariamente eso sea algo productivo) y qué decir de ir a un mall…. Puedo pasarme horas viendo y realmente ya no me importa si compro o no, de todas formas, lo disfruto.
Pero queriendo compartir sobre moda, ahora me doy cuenta que hay algo en mí que va más allá de mi pasión por la moda y es el amor y gratitud hacia Dios y todo lo que ha hecho en mi vida.
Y es su amor el que me inspira a querer compartir y hablar de Jesús y humildemente compartir los pocos o muchos aprendizajes que he tenido en mi caminar con Él.
Y es que conocer a Dios ha sido lo mejor que me ha pasado en mi vida y mucho más cuando entendí esta palabra que dice en Jeremías 31:3. Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.
Y es que el amor de Dios por nosotros es tan grande, es tan profundo, sobrenatural, simplemente creo que No lo podemos entender. Imaginen las que tienen hijos: el amor que sienten por ellos y que cosas estaríamos dispuestas a hacer por ellos. Y entonces, Dios entrego a su único hijo puramente, por amor. Lo entrego como el sacrificio perfecto para restaurar la relación con nosotras.
Y al ver a Dios como Padre y yo tener mis hijas, pude entender un poco más como Dios nos ama y creo que es exactamente como Nosotras amamos a nuestros hijos: Él quiere lo mejor para nosotros. Vela y nos cuida.
Está dispuesto a darnos mucho más allá de lo que podamos pedirle. Nos conoce y anhela pasar tiempo con nosotras. Se duele cuando somos desobedientes y nos disciplina cuando es necesario. Todo lo que somos y tenemos es por Gracia y son regalos de Dios.
Dios se place en hacernos bien y tiene pensamientos hermosos sobre y para nosotras. Dice la Palabra: Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darle un futuro y una esperanza. Jer 29:11. Nada en nuestra vida es fortuito, Dios tiene el control de nuestras vidas y si la rendimos a Él su propósito se va a cumplir y es de echo es cuando todo cobra sentido.
Y es ese perfecto amor y convicción de que Él tiene el control de nuestras vidas el que hace que podamos vivir libres de temor de todo lo que estamos viviendo y del futuro. Pues tenemos una esperanza viva e infinitas promesas que Dios nos dejó en su Palabra.
Pido a Dios que su amor se revele a cada uno de los que están leyendo estas líneas, que podamos vivir la vida en abundancia que Él ha provisto desde ya para nosotras y que juntas podamos compartir las grandezas de su amor. Les dejo con esta Palabra:
Efesios 3:17-19. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios”
Con amor,
Aimeé
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